EDITORIAL

Después de tres meses de descanso en nuestras labores periodísticas, y luego que contribuimos con nuestro granito de arena con la derrota del ipenzismo, expresión exacerbada de la delincuencia de cuello y corbata. Regresamos con nuevos ánimos y concientes que esta etapa post mafia será una ardua disputa entre lo nuevo y lo viejo.

Disputa no solo formal, pues nuestra trayectoria en estos 3 años ha sido de combate y de firmeza ante quienes se sentían dueños del distrito, al asumir cargos momentáneos y que les deban patente de corzo para cometer una serie de tropelías y abusos; asumiéndose que eran invencibles con un poder centrado solo en el dinero mal ávido y el chantaje a los vecinos. No solo vencimos el tristemente celebre «murmullos» apodo del medico Ipenza, si no tam­bién el sentimiento ciudadano de rebeldía y fiscalización contra la corrupción edil, lo pudimos comprobar en la campaña electoral, ese sentimiento era mayoritario entre los villamarianos, era pues, falsa la esperanza de Ipenza y sus compinches, quienes en sus ansias de poder tentaron reelegirse. El despertar del pueblo fue la gran vencedora de esas justas electorales.

La sensación de ineficiencia que vemos en esta nueva gestión, es evidente en todo nuestro distrito, salvo unas fotos y unos eventos en el deporte, han alcanzado cierta notoriedad en poquísimos medios, no vemos la actitud de cambio que reclamaban los votantes de unidad nacional, si no inclusive los que no le dieron el apoyo, como nosotros que marcamos nuestra distancia con esa opción, pero reconocíamos en Manolo Castillo, a un vecino con ganas de iniciar un buen trabajo.

El inicio de la gestión fue bautizada con la primera sesión de consejo en la que se toco el delicado tema del programa del vaso de leche y la declaración de emergencia del mismo, en dicha sesión pudimos comprobar absortos como un grupo de regidores de la alianza oficia lista. Hizo causa común con los representantes de la mafia para 110 comprar directamente a nuevos proveedores y seguir mamando de la corrupción.
El hecho fue trascendental pues marcaba desde el saque como seria el transcurrir de esta gestión, ya pasaron 3 meses de este hecho y las cosas continúan con la misma pasividad administrativa, desorganización y falta de iniciativas para sacar adelante a VMT Cien días han sido suficiente para iniciar nuestro trabajo de denuncia y fiscalización, tampoco seremos extremos en decir que esto esta podrido. Pero si puntualizaremos los defectos allí donde los encontremos y denunciaremos la corrupción, por ello, es deber también de toda e la población estar en alerta.

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